Esta fue la experiencia del primer día del Festival que esta edición celebró sus 20 años.
Por: Tata Rodríguez
Algo que siempre me ha gustado de Rock al Parque es esa oportunidad que me da cada año de descubrir sonidos, especialmente durante el primer día, ya que tengo que ser sincera y aceptar que conozco poco de Metal y el Festival, de una u otra manera, me ayuda a ampliar esa parte de mi biblioteca musical. Este año, no fue la excepción.
Mientras más de tres mil personas en La Media Torta gozaban de sonidos alternativos de artistas nacionales como Dannicattack, Globos de Aire y Juan Pablo Vega y de cuatro internacionales -Volcán, Gepe, Hoppo! y Juana Molina-, alrededor de 130 mil personas (cifras de IDARTES) disfrutaron en el Parque Metropolitano Simón Bolívar de una primera jornada que hizo retumbar el lugar.
Para esta nueva edición, los cambios que se le hicieron al diseño de programación del Festival tuvieron resultados positivos. Uno de ellos, que las bandas distritales no abrieran escenarios, sino agrupaciones nacionales, fue uno de los más notorios ya que el público llegó más temprano de lo usual.
Esto se reflejó el sábado cuando Ingrand y el show Metal de Medellín, asumieron la labor en el Escenario Bio y Plaza, respectivamente. En este último, centenares sacudieron sus cabezas al ritmo de canciones de insignias del metal paisa como Parabellum, Masacre, Tenebrarum y Danger; y aunque en Bio, la asistencia de apertura fue menor comparada con el escenario principal, le dio el privilegio a Ingrand de realizar un show más íntimo, como ellos mismo lo catalogaron, para celebrar los 15 de su disco ‘No Hay Doble Realidad’.
Junto a ellos estuvo Tatyana Luna, ganadora de la convocatoria que realizó la agrupación bogotana para que cantara con la banda ‘Take Away the Fear’. Sin duda, uno de los momentos más sorprendentes del show, al menos para mí.
Agrupaciones distritales como Kontragolpe y su compromiso con la vida animal y el veganismo; Aire Como Plomo, quienes presentaron un gran avance de su nuevo trabajo discográfico; Arkanot y sus influencias de Power Metal y Guerra Total, con una notoria presencia en escenario, nos dejaron boquiabierto a más de uno gracias a sus propuestas sonoras.
Alrededor de las 4 pm, llegó el show Metal de Bogotá; un verdadero tributo a la escena de la ciudad. Canciones de Agony, Cuentos de los Hermanos Grind, Kilcrops, Koyi K Utho y Darkness fueron protagonistas de este bien recibido (y merecido) homenaje que fue dedicado al fallecido Donny Rubiano, quien fue parte de la organización del festival.
Sin embargo, una de las presentaciones que tuvo gran acogida durante la primera jornada del Festival fue la de los norteamericanos Memphis May Fire. Con 10 años de historia, y cuatro discos de estudio, llegaron por primera vez a Colombia sin expectativa alguna; pero para su sorpresa, miles de fans corearon cada una de sus canciones a lo largo de sus 55 minutos de show.
Su sonido extremo y melódico conquistó el final de la tarde en el Escenario Bio, especialmente con temas como ‘No Ordinary Love’ de su más reciente trabajo discográfico ‘Unconditional’ (2013) y ‘Vices’ y ‘Miles Away’ del álbum ‘Challenger’ (2012).
Mientras Memphis May Fire atraía cada vez más público asistente, los bogotanos Lost Above Ether hicieron lo correspondiente con su impactante propuesta visual en el Escenario Eco. En este punto, es importante rescatar que a pesar de ser la tarima más pequeña del Festival, durante esta primera jornada recibió a un amplio número de seguidores del Dark y Black Metal.
Desafortunadamente, y por problemas técnicos (para ser más exactos problemas con el sonido), este escenario cerró temprano y tanto Nosferatu como Thy Antichrist (una de esas bandas que no hay que mostrarle a los papas), las últimas agrupaciones que allí se presentarían, se vieron forzadas a dar sus show en los otros dos escenarios. Muchos de sus fans no supieron el traslado y simplemente se marcharon. Aún así, tuvieron la oportunidad de entregar sus repertorios y estremecer el Parque Simón Bolívar.
Por otra parte, fue grato ver en escena el crecimiento musical que ha alcanzado HeadCrusher, desde la última vez que participó en Rock al Parque, allá en el 2012. Esta agrupación pereirana, que nació hace 13 años y que desde 2008 se radicó en Austin, Texas, demostró su contundencia, como reflejo del trabajo cosechado en el exterior.
Canciones de sus discos ‘Let The Blood Run’ (2012) y ‘Black Burning Skies’ (2013) fueron parte del setlist, así como el cover de ‘Fucking Hostile’ de Pantera; un sencillo tributo a Dimebag Darrell.
A la par de este show, Nile estremeció a un Escenario Plaza (lleno!) con una poderosa presentación que conservó el clásico sonido del Death Metal, pero que incluyó elementos de la música y la cultura de Oriente Medio, entregando un aire de misticismo que sólo la agrupación liderada por Karl Sanders supo ofrecer.
Aunque los pies no daban más, las ganas de ver a KillSwitch Engage fueron mayores. El agotamiento se esfumó tan pronto la banda estadounidense se tomó el Escenario Bio y conectó inmediatamente con el público asistente.
Su virtuosismo y fuerza iba en aumento a lo largo de las casi 20 canciones que interpretaron, tal como la irreverencia de su guitarrista Adam Dutkiewicz, quien entregó grandes e impecables riffs, y la energía que entregó su vocalista Jesse Leach. Uno de los mejores shows que vi el sábado. Gran cierre para esa tarima.
Finalmente, Exodus, una de las bandas que fundó el Thrash Metal, fue la encargada de finalizar la jornada del festival, haciendo sacudir cabezas y poguear desde los primeros acordes de ‘Bonded by Blood’ hasta los últimos de ‘The Toxic Waltz’, canción que precisamente hace referencia a esta “danza”.
El show, el quinto de su cantante Steve “Zetro” Souza desde que regresó a la agrupación hace dos meses, fue el punto final del primer día de Rock al Parque que, tal como señalé al comienzo, reunió a más de 133 mil personas en los cuatro escenarios (un record de asistencia) y de paso, extendió mi biblioteca musical. A Rock al Parque no sólo se va a disfrutar de buena música, también a aprender.