Rulo y la Contrabanda se presentará, por primera vez en el país, los próximo 14 y 16 de noviembre.
Por: Tata Rodríguez
Después de grabar seis discos, Raúl Gutiérrez, mejor conocido como Rulo, abandonó la agrupación española La Fuga en 2009. Tras su salida, este músico inquieto se dedicó a viajar y a componer entre Reinosa, Estambul, Venecia y Nueva York. De las 25 canciones, grabó 11 con su nuevo proyecto Rulo y la Contrabanda, un proyecto que él considera totalmente personal.
Actualmente, después de dos álbumes de estudio, ‘Señales de humo’ (2010) y ‘Especies en extinción’ (2012), además de dos trabajos en vivo, Rulo y la Contrabanda se encuentra inmerso en una intensa gira que llegará a Bogotá y Medellín en algunos días.
Días previos a estos shows, Evolución Rock tuvo la oportunidad de conversar con Rulo sobre este tour, el cual apoya ‘Especies en extinción’, su semi-acústico ‘Una noche en el castillo’, su cercanía a Enrique Bunbury y los planes a futuro de esta agrupación.
Hace poco, estuvieron presentándose en Dublin, Berlín, Edimburgo, Londres y ahora en diferentes puntos de España. ¿Cómo les ha ido? ¿Cómo han logrado mantener el ritmo de este trajín?
La verdad es que llevamos dos años sin parar. Tengo ya la cabeza con poquitas neuronas (risas). Hemos realizado ya más de 100 conciertos en nueve países, repitiendo en algunos de ellos como en Argentina, que ahora vamos por segunda vez con este disco, y bueno, tenemos la suerte de ir por primera vez a otros, como a Colombia, que es un país que siempre nos ha apoyado. Nos escriben mucho en Facebook, Twitter … Era ya un asunto pendiente.
Precisamente, esta gira llega a nuestro país con dos conciertos (Bogotá y Medellín) y es inevitable no preguntar cuáles son tus expectativas para estos conciertos en Colombia… Para aquellos que de pronto no han tenido la oportunidad de estar o ver un concierto de Rulo y la Contrabanda, que podemos esperar?
La idea es que durante las dos horas de show la pasemos bien. Creo que un concierto debe tener dos ingredientes principales: emoción y diversión; y la idea es tener mucho de las dos cosas en los conciertos en Colombia. Yo sé que una canción no va a cambiar el mundo, las canciones no cambian el mundo, pero sí lo hace un lugar menos hostil y mucho más bonito, ¿no?
La gira básicamente es en apoyo a ‘Especies en extinción’ (2012); pero llama mucho la atención el DVD en directo que hace un par de meses lanzaron: ‘Una noche en el castillo’. Cuéntanos sobre este trabajo…
Es una locura que se me ocurrió. Una locura personal. Un sueño y empecinamiento mío. Somos una banda de Rock, pero tenemos una cara B. Tomamos nuestras canciones, con nuestros instrumentos, cerca de 25 instrumentos, y las adaptamos a un formato de teatro, donde mil personas están sentadas en su butaca y ellos nos ven de otra manera. Ven otro tipo de espectáculo.
Es muy bonito llevar esto a un teatro, especialmente en invierno, cuando toca hacerle frente al mal tiempo, a recogerse un poquito, a abrigarse el alma; pero en lugar de grabarlo en un teatro, y con la necesidad de complicarnos un poco más la vida, todavía (risas), se me ocurrió grabarlo en el patio del castillo que queda a 8 kilómetros de mi casa.
Es un hermoso directo. Definitivamente, rompe el esquema del formato acústico. ¿Fue complicado adaptar este concierto a este escenario? Estamos hablando de llevar un espectáculo, al aire libre, en el Casillo de Argüeso…
No es un formato acústico puro, es más un formato semi-acústico; pero sí, costó mucho porque allá no hay escenario, no hay nada. Costó porque el castillo está en un lugar muy remoto, los camiones tenía que llegar hasta arriba con el montaje,se debía crear un escenario…un equipo técnico estuvo subiendo cosas durante cuatro días. Era casi nadar contra la corriente.
Fue una cosa muy costosa, pero yo creo que cuando algo se suda mucho, o cuesta mucho conseguirlo, tiene más mérito o al menos, te sale mejor, ¿no? Como te digo, soy bastante inquieto y me gusta hacer las cosas un poco diferentes.
En este semi-acústico tú dices algo bastante interesante: “A mí solo me interesan las canciones que duelan”. Existen canciones que siguen doliendo al ser interpretadas?
Sí, hay muchas que sí. ‘La balada del despertador’ (canción de La Fuga), es una de ellas; hay otras que tienen ya 20 años y cuando las canto, mueven el corazón como el día que las compuse. La música tiene el poder de hacerte viajar en el tiempo y puedes cantar una canción que escribiste hace muchos años pero, que te dolió ese día y, aunque esa herida esté tapada, al cantarla la estás abriendo, nuevamente.
Sin embargo, hay otras canciones que son más divertidas, más alegres; más para la fiesta y la rumba, como dicen en Colombia (risas); pero, sí, hay otras que duelen, especialmente y duelen porque es tu vida musical. Es decir, si estuvieras cantando una historia personal de otro individuo, no te dolería tanto como si la hubieras vivido, personalmente.
Y hablando de letras, hay una que nos llama mucho la atención: ‘El Vals del Adiós’. ¿Cómo surgió esta canción y cómo Enrique Bunbury se involucró en ella?
Con Bunbury tenemos mucha relación personal y he en varias ocasiones he tenido la oportunidad de cantar con él en directo, pero no para un disco.
Cuando compuse ‘El Vals del Adios’, llevábamos intentado componer una canción que sirviera para cerrar los shows, como una despedida, y surgió a raíz de unos viajes a México. De la Plaza Garibaldi, donde los amantes le dan dinero a los mariachis para que le canten a su amada; y a su vez, a 100 metros, hay gente a la cual le están rompiendo el corazón.
La canción habla un poco de eso. Las dos caras del amor: la amable, cuando todo va bien y la maltratada, cuando te va mal. Es la ideal para abrazar un amigo, cuando le han pisado el corazón. [‘El Vals del Adiós] era un traje a la medida para Enrique. No la compuse pensando en él, pero cuando ya estaba compuesta pensé que la tenía que cantar él. Y le va como anillo al dedo, de hecho, él la cantan mejor que yo en el disco. Él canta más este tipo de canciones.
Llevas 20 años haciendo música. A lo largo de todo este tiempo has estado en diferentes proyectos, que por supuesto han dejado recuerdo y enseñanzas. Qué has aprendido a lo largo de toda esta aventura y que lo has aplicado, por así decirlo a Rulo y La Contrabanda?
Bueno, nosotros llevamos cuatro años, cuatro discos, cerca de 200 conciertos juntos y tenemos una magia especial, esa magia de las relaciones; porque una banda es como una relación sentimental: al principio sientes la ilusión y todo es amor, y luego, todo, casi siempre, se va al carajo; entonces lo que he aprendido es a cuidarlo.
Muchas bandas están muertas hoy en día porque no se soportan, no se llevan bien; Cuando hay que cuidar mucho esa magia para poder vivirla y disfrutarla más.
Luego de tu paso por Latinoamérica, rematarás la gira con cinco shows en España. ¿Después de esto que hay para Rulo y La Contrabanda?
El 16 de diciembre acabamos en Madrid con dos conciertos y ya hable con mi oficina y le dije que no iba a tocar más. En España, mínimo estaré un año sin tocar. Necesito parar para componer.
Yo no puedo hacer canciones en este ritmo de vida que llevo porque siempre con la lengua afuera (risas). Es muy bueno estar en movimiento, para absorber cosas y vivencias que están pasando para luego convertirlas en canciones; pero yo no puedo crear canciones desde el agotamiento o desde este trajín.
Entonces, voy a parar y sólo daremos unos conciertos en América. En marzo, repetiremos México; luego hacemos algo en Austin, Texas y, probablemente estaremos en Colombia en 2015.
Muchísimas gracias, por regalarnos estos minutos y hablar sobre tu música.
Muchísimas gracias a ustedes. Un beso enorme.