Mar, Oct 13 2015
Love of Lesbian: “Sólo tratamos de reflejar la tragicomedia de la vida”

Conversamos con la agrupación española durante su primera vista a Colombia.

Por: Tata Rodríguez

Procedente de San Vicente dels Horts, Barcelona, y con casi dos décadas de vida, Love of Lesbian estuvo en Bogotá hace unas semanas con el propósito de cautivar a fanáticos y melómanos con su sonido Indie Rock, su humor y ‘La Noche Eterna’ (2012), su más reciente trabajo discográfico.

Antes de su concierto en el Teatro ECCI tuvimos la oportunidad de charlar con sus integrantes sobre su debut en la capital colombiana, sus letras llenas de metáforas y emociones, Ben Affleck y ‘Efímera’, su más reciente proyecto.

Ustedes llevan 18 años haciendo música juntos y es curioso que hasta ahora visiten por primera vez Colombia. ¿Por qué hasta ahora?

Somos un grupo muy paciente en ese sentido. Nos ha costado mucho tener una fuerza establecida en España y una vez hecho eso, hemos empezado a poner la vista en Latinoamérica. Somos un grupo que ha trabajado de manera independiente; hemos sido una agrupación muy hecha a sí misma, que no hemos tenido la ayuda de una promoción fuerte o una compañía grande. Teníamos el deseo [de visitar Latinoamérica] desde hacía mucho tiempo y el desencadenante final era ir de la mano con Warner Music.

Además, somos una banda que nos gusta ir dar paso a paso, pero seguro. Teníamos muchos mensajes para que visitáramos países latinoamericanos y en ese sentido hemos ido por partes: ya hemos estado en México, y ahora, también gracias a la ayuda con Warner Music, nos ha apetecido mucho poner un piececito en Colombia y Chile.

¿Se sorprenden cuando se encuentran con un público por primera vez?

Es un aire fresco y es una manera para no dormirnos porque nos hemos encontrado con nuevos retos. En cierta manera, fuerza a despabilarnos; a hacer un concierto del mismo nivel que puedan tener The Editors o un grupo extranjero que ocupa la franja horaria de cabeza de cartel.

No es que cuando vengamos acá, tenemos que dar un paso atrás. No, no es eso. Es simplemente, volver a utilizar esos recursos que teníamos para ganar al público cuando aún no nos lo habíamos ganado. Es casi funcionar a dos velocidades, todo con el objetivo de estar luego a una misma velocidad, en todos los países, para que se equilibre todo. Aunque, en realidad, es algo muy sano porque de alguna manera es como cuando quedas con alguien en la primera cena y tienes que conquistarla: sacas a relucir todos tus encantos e intentas ser la persona más maravillosa del mundo (risas) para que haya una segunda cita.

Es curioso que sus tres primeros álbumes fueran en inglés y luego decidieran brincar al español. ¿A qué se debió este cambio?

Un aspecto lírico y un aspecto de no encontrarnos del todo al gusto. Fue casi un movimiento que hubo en España; no como protesta, pero si como de demostrar que lo que estaba sucediendo en aquel entonces en el país, no nos estaba gustando demasiado. Fue como una protesta errónea. Además, mirábamos más lo que estaba pasando en Londres, más que lo que estaba pasando en el Rock del país; por un aspecto formal, un aspecto que cada vez que aparecían grupos ingleses parecía que llegaba un aire fresco a nivel estilístico y nos mantenía con la cabeza despierta. Y en España, los ciclos son más largos. Así como en Inglaterra hay un “hype” cada año; en España, los ciclos son más pausados, de cinco o seis años.

A partir de ahí nos dimos cuenta que nuestro planteamiento era erróneo y no pasa nada malo cuando lo reconoces, simplemente, volvimos a recuperar la esencia. Recuperamos parte de la música que escuchamos cuando éramos pequeños, no cuando teníamos 18 años,  sino pequeños y lo que hicimos fue casi reactualizarla.

Ahora que mencionan el aspecto lírico, existe mucho contraste en sus letras. Hay amor, desamor, también un mucho juego de metáforas. ¿Cómo es el trabajo de composición de ustedes? ¿De dónde llega la inspiración para las letras?

Lo que estamos tratando de reflejar es la tragicomedia de la vida. No todos los momentos pueden ser dramáticos en tu vida. Sería estúpido decir eso. Seria falso. Y tampoco todos los momentos son eufóricos; simplemente, intentamos pillar una emoción puntual. 

Nosotros no hablamos de convencimiento, hablamos de emociones. Un día, por ejemplo, puedes desear lanzarte por la ventana, pero es sólo una emoción puntual; un deseo que ha sido sólo por un minuto de tu vida, pero eso no significa que lo vayas a hacer. Esas emociones puntuales se congelan y se eternizan en formato de una canción. Aunque es más polivalente y más real hablar de la vida como la plantean por ahí: unas de arena, otras de sal. Entonces, lo que intentamos hacer es al momento de emocionar, emocionar de verdad, y en el momento de hacer reír, hacer reír de verdad. Es muy difícil porque no creemos que haya una banda que haga esa combinación de humor y de drama.

Además que en ´La Noche Eterna’ (2012) se ve este contraste que mencionan.

Sí y también sirve para darle un poco de oxígeno porque cuando nos ponemos dramáticos, nos ponemos realmente dramáticos (risas). Entonces, si no abres la ventana un poco, terminas de escuchar el disco y ¡Dios mío! (risas).

Ya que estamos hablando de este álbum, ¿por qué ‘Si tú me dices Ben, yo digo Aflleck’?

Hay una tendencia en el grupo de no tomarse muy enserio todo. Es la primera canción que tuvo primero título que canción (risas). Todo fue como en broma y un whatspp: “Y si llamamos una canción ‘Si tú me dices Ben, yo te digo Afleck’?” y dijimos podría ser un buen título. La mayoría de los títulos despiertan la curiosidad de la persona. Hay expresiones como “Junto a ti”, “Frente al mar”, etcétera, que se han dicho tantas veces ya, que en algún momento pierden fuerza.

Un aspecto que también aplica a los títulos de sus discos…

¡Sí! Es una necesidad de expresar y ha sido un caballo ganador, en el sentido que no paran de enviarnos fotos con paredes pintadas en las ciudades con títulos, frases, tatuajes. Es impresionante eso. Tiene que haber una parte de literatura en la banda que sea como un buen vino. Que la balanza esté equilibrada y que no todo se vaya a un solo costado. Hay que hacer una combinación justa entre música y lírica.

Hace poco, ustedes presentaron ‘Efímera’, una canción que, a su vez, es una experiencia sensorial. ¿Qué nos pueden contar sobre este proyecto?

La idea surgió como nacen la mayoría de las ideas: a las 3 am y en un estado poco normal (risas); pero el objetivo era, de cierta manera, seguir con una dinámica que ha tenido la banda desde hace tiempo. Intentamos hacer algo que no se ha realizado antes porque primero, somos muy inquietos en ese sentido y segundo, porque si te has metido en el mundo de la música es para jugar; es para hacer esta especie de atentados a lo que es la normalidad.

En estos tiempos de 2.0, de compartirlo todo, de downloads y streamings, dijimos vamos a hacer todo lo contrario: una canción que solo se pueda escuchar en un lugar físico, como un cuadro en un museo. A partir de ahí, se complicó la cosa porque considerábamos que si entrabas a un museo y te ponías unos audífonos, la experiencia iba a ser un poco plana. Entonces, nos ofrecieron la posibilidad de grabar un video, de 360 grados por 360 grados. Un video esférico. Es decir, mires donde mires, vas a estar inmerso dentro de un mundo, por así decirlo, irreal y la gente ¡está encantada! Fans, no fans, extranjeros…todos alucinan bastante con esta experiencia.

Acá eres el protagonista de la acción. Estas tú, solo, con el entorno que está pasando y aquella canción nueva que está sonando, y tú eliges lo que quieres ver. La experiencia no es igual para nadie.

Finalmente, si conocieran a alguien que nunca ha escuchado a Love of Lesbian, ¿cómo lo invitarían para escuchar su música? ¿Qué le dirían a esa persona?

Básicamente, entra a un concierto nuestro con la mente muy abierta y dispuesto a que te pase cualquier cosa. Es una montaña rusa emocional. Entonces si te gustan las emociones, sólo te pones el cinturón y estás dispuesto a llorar y a reír. Sólo si te dejas llevar.